Algunos han contado con ventaja en este tiempo de crisis porque conocían mínimamente el uso de las tecnologías para poder seguir formándose y aprendiendo. Otros, si no han tenido acompañamiento, se habrán perdido en las redes con juegos y otras habilidades telemáticas que poco tienen que ver con el aprendizaje.

Ellos, los preadolescentes y adolescentes de nuestro centro educativo han precisado también acompañamiento y apoyo emocional que se les ha dado desde las sesiones de tutoría y el seguimiento siempre personalizado del profesorado.

El distanciamiento de su grupo de amigos en estas edades ha sido duro. Además se unen a esto las desilusiones de las graduaciones suspendidas, los viajes cancelados y los encuentros deportivos no realizados pero soñados mucho tiempo.

También nuestros jóvenes necesitan volver al colegio y enriquecerse de las experiencias de unos y otros, los debates en el aula, el pensamiento reflexivo y crítico y la resolución de conflictos. Si tienen que volver a trabajar desde casa, se adaptarán más fácilmente, pero la enseñanza presencial, no solo a través de la pantalla, también a estas edades es muy importante.

En su vuelta al colegio, prevista para el día 14 de septiembre, necesitan crecer en responsabilidad y cuidados. Cuidándose ellos estarán ayudando a cuidar a los demás. El gel hidroalcohólico de las aulas o los productos de limpieza no son un juego. Son necesarios e importantes para prevenir posibles rebrotes. Habrá que respetarlo. Las ventanas se abrirán para ventilar los espacios no para otros fines.

Además del distanciamiento, habrán de tomarse con seriedad el buen uso y cuidado de sus mascarillas, ya que es un accesorio con el que todos hemos aprendido ya a convivir. Habrá que concienciar sobre la correcta retirada de las mascarillas gastadas en los lugares adecuados, para evitar los posibles daños medioambientales si no se actúa correctamente.

Con ellos también hay que reforzar los conceptos básicos, como la importancia de lavarse las manos con frecuencia y evitar tocarse la cara. No estará de más recordarles qué deben hacer si se encuentran mal y tienen algún síntoma.

Es el momento de ayudar a nuestros jóvenes a olvidar lo que consideran perdido y a que cambien el enfoque de sus vidas, que encuentren planes y establezcan nuevas metas para su futuro.​