VÍVELO + VIENE JESÚS
Los días previos a la Navidad el colegio Santa Teresa se ha llenado de luz, cuidados y mucha vida en familia. Toda la Comunidad Educativa celebró el día 20 la Eucaristía donde no faltaron los villancicos y las palabras de agradecimiento por lo ya vivido a lo largo de este curso. Ilusionados con los días de Adviento, se han organizado distintos eventos para compartir con las familias y también para ser solidarios con otros.
Los niños de Infantil celebraron un festival de villancicos con las familias y juntos disfrutaron de bailes, canciones con instrumentos musicales, baile y hasta una poesía que los pequeños recitaron.
Los niños de 1º, 2º y 3º de Primaria nos hicieron disfrutar con el esperado sorteo de Navidad, que no nos dejó céntimo alguno, pero sí la ilusión de la cercanía del acontecimiento más especial; el Nacimiento de Jesús.
Además los más pequeños del colegio tuvieron la suerte de contar con la visita del paje real al que pudieron abrazar, dejar sus deseos y preguntar sobre su vida y sus costumbres.
El alumnado de 4º, 5º y 6º, en su representación para las familias, con la participación de todo el alumnado, recitaron sus papeles, bailaron y también nos sorprendieron con el Aleluya de Leonard Cohen interpretado con flautas.
Todo el colegio se volcó con la campaña de Navidad y la recogida de juguetes, alimentos y productos de higiene que el último día se donaron con la intención de hacer más presente el ODS 1: Fin de la pobreza, que se ha priorizado este mes de diciembre.
El alumnado de Secundaria también se acercó a otros lugares cercanos y compartió su último día de trimestre dando su tiempo para colaborar con otros.
Los alumnos de 1º de ESO visitaron la casa-hogar San Vicente de Paul. El alumnado de 2º de ESO despidió el trimestre con un emotivo homenaje a sus abuelos.
Los alumnos de 3° de ESO visitaron la obra social de Mensajeros de la Paz, conociendo cómo distribuyen ropa y colaborando en el comedor. 4° de ESO celebró la Navidad con un entrañable encuentro intergeneracional en la residencia Otazu donde compartieron villancicos, bailes, teatro y sobre todo, muchas sonrisas.
Han sido unos días en los que se vivió con intensidad el valor de la sensibilidad, mirando atentamente a nuestro alrededor y dándonos cuenta de la estrella que cada uno tenemos en nuestro interior para compartirla con los demás.
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